Por: Camila González Plata.
He tenido mucho desde que estoy escribiendo; me refiero a que hace mucho debí terminar esto. No importa, igual el contenido no resulta ser interesante y tampoco algo clave que se deberá tener en la cuenta para el futuro, si es que lo hay. El contenido de éste escrito no es para nada relevante, no desentraña cosas ocultas que, de una manera u otra, te dan vueltas en la cabeza. No hagas algo con esto, aunque si quieres podrías hacerlo… no sé, trátalo a tu gusto o disgusto, como quieras.
He tenido mucho desde que estoy escribiendo; me refiero a que hace mucho debí terminar esto. No importa, igual el contenido no resulta ser interesante y tampoco algo clave que se deberá tener en la cuenta para el futuro, si es que lo hay. El contenido de éste escrito no es para nada relevante, no desentraña cosas ocultas que, de una manera u otra, te dan vueltas en la cabeza. No hagas algo con esto, aunque si quieres podrías hacerlo… no sé, trátalo a tu gusto o disgusto, como quieras.
Ya sabes, soy una mujer complicada, enredada y un poco… en fin, no hay que seguir ahondando de los
adjetivos que me califican; es algo desesperante y en cierta medida, un tanto
humillante. ¿Por qué? No me lo preguntes, yo no lo sé, la humillación tiene
muchas vertientes, tiene muchos sentidos y sentimientos y emociones que afloran
a través de ella como el vuelvo de las mariposas, supongo.
Hay cosas que odio mucho y otras que odio poco, pero hay
cosas que odio del todo, no sé cuáles son, pero sé que existen y cuando
averigüe de qué se tratan, entonces, creo que dejaré de ser como soy en este momento y seré más vieja al siguiente.
Hay que aprender a dejarse llevar por lo inesperado, por
aquello que es fantasioso y mágico. Tal vez por eso me incomodan los libros y
las películas de ficción; considero que no vivo en un mundo real, que vivo en
un mundo en el que puedo hacer cualquier cosa, en un mundo en el que puedo
creer y dejarme llevar por los acontecimientos inoportunos e impertinentes o
poco racionales de la vida; son divertidos al fin y al cabo. Leo y veo cosas
que me hacen sentir la realidad; todo lo contrario a lo que hago y digo.
Me molesta
sobremanera dejarme llevar, pero si no lo hago toda mi mente se colapsa y entro
en una depresión constante, no lloro, no; mi depresión es en cierta medida
siniestra y agotadora, agobiante para muchos… y entonces, resulta que no quiero
tomarme las cosas como deben ser, porque tengo miedo a que todo sea real,
porque le temo a la inseguridad que eso implica.
las cosas inesperadas son las mejores ;)
ResponderEliminaratt: luis miguel rodas