domingo, 3 de febrero de 2013

Cómo clavarse

Por: Camila González Plata
El primer clavo me lo puso mi hermano en la cadera cuando me dijo que estaba gorda, el segundo me lo pusieron en las piernas porque no sabía correr; no era más veloz, ni más atlética. El tercero fue en mis pechos cuando Jhonn pasó de mí por una con más busto; el cuarto, lo puso mi amiga en mi espalda al decirme que era muy alta; el quinto, lo pusieron en mis brazos al decirme que, el escote que tenía, no se veía bien.

El sexto, lo puso el doctor en mis pulmones cuando me prohibió fumar; el séptimo clavo, lo pusieron los curas al catalogar los programas de la televisión que a mí me gustaban, de pecaminosos o satánicos; el octavo, lo puso el odontólogo en mi boca; el noveno, lo puso mi madre en mi entrepierna; y ahora el décimo  ¡¿planea usted clavármelo en mi cerebro?!