lunes, 20 de agosto de 2012

El sueño prometido.

Por: Camila González Plata
Aquí escuchando a mi hermana cantando, y escuchando cómo su famoso sueño de grande es ser cantante y estar en un escenario en donde miles de personas la vanaglorien y griten su nombre mientras intentan desesperadamente subirse al escenario, donde ella canta y baila vivamente, para arrancarle la ropa (si son hombres o lesbianas) o para darle un abrazo y tal vez cogerle la mano y tomarse un par de fotos (si es gente normal). Escucha música y canta con un par de baquetas a los lados que tocan constantemente la mesa de noche, que ya tiene varios huecos y tiene craquelada la pintura. Yo disfruto viéndola tocar, y no niego que a veces siento ganas tremendas de burlarme  de su sueño, y es que parece casi tan irreal y tan mágico como los cuentos de hadas y las películas de ficción.

Sin embargo, me llega un pensamiento mucho más sano y sensato cuando la veo; comienzo a ver en mi cabeza el álbum de los recuerdos y entre veo imágenes borrosas de mi, queriendo ser pintora; otro sueño casi invisible. Al final resulté creciendo y haciéndome más seria y más común. Entré a la universidad para estudiar filosofía e idiomas, y al final decidí que quería escribir en alguna parte, pero que me quería dedicar a eso. No voy tan mal, mi sueño está en proceso y dudo que cambie de parecer. Pero viendo a mi hermana recuerdo mis sueños ridículos y fantásticos. Ahora que lo pienso, ha sido terrible no poder volver a tener esos momentos de inspiración con los colores y los vinilos; no hacían falta palabras sino que la expresión de los colores se dejaba palpar con los ojos como el arco iris se deja del aire.

No sé si ha merecido la pena dejar esas sensaciones atrás, tampoco sé si fue bueno el haberlas abandonado sólo por seguir algo más seguro, sólo sé que no es preciso burlarme de ella, de mi hermana, ni de su sueño fugaz. Tal vez algún día ella termine por cambiar de parecer al igual que yo, y decidir que quizá sea mejor optar por una opción más segura, y entonces, pensará lo mismo que yo al verse al espejo, y esperará por un milagro que la vuelva a llevar al pasado, a éste momento en el que vive su sueño en la imaginación, a éste momento en el que la estoy viendo, casi burlonamente, reír y cantar, querrá volver sólo para recordar que era ella misma y que sí tenía un futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario